Título:
"EN LA CASA"
Drama. Intriga
Año: 2012
Duración: 105´
Director: François Ozon
Intérpretes
principales: Fabrice Luchini
Ernst Umhauer
Kristin Scott Thomas
Ayer vi esta película animado por el fervor que, como ya sabéis, siento por el cine europeo en general y el francés en particular y he de decir que, junto con la producción danesa "La caza", para mí ha sido una de las revelaciones del año 2012. A mi juicio, un filme de una inteligencia emocional importante.
El director François Ozon, hasta ahora desconocido para mí, ha sabido llevar con maestría un guión que a medida que transcurre la historia va ganando en intensidad e interés. Los continuos (e inteligentes) giros en la trama hacen que cada mínimo detalle sea relevante. No obstante, este guión (adaptación la novela "El chico de la última fila", de Juan Mayorga) le llevó a conseguir la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, el Premio de la Crítica Internacional en Toronto y a conseguir hasta 6 nominaciones a los premios César, incluyendo la de mejor película.
La historia nos muestra a un hastiado profesor de literatura fracesa, Germain (Fabrice Luchini), sin el suficiente talento para llegar a convertirse en escritor, que encuentra en uno de sus alumnos, Claude (Ernst Umhauer), el talento del que siempre careció. Empieza entonces una poderosa relación entre profesor-alumno, con la literatura como hilo conductor, en la que realidad y ciencia-ficción se entremezclarán hasta confundirse en muchas ocasiones.
Ernst Umhauer
Kristin Scott Thomas
Ayer vi esta película animado por el fervor que, como ya sabéis, siento por el cine europeo en general y el francés en particular y he de decir que, junto con la producción danesa "La caza", para mí ha sido una de las revelaciones del año 2012. A mi juicio, un filme de una inteligencia emocional importante.
El director François Ozon, hasta ahora desconocido para mí, ha sabido llevar con maestría un guión que a medida que transcurre la historia va ganando en intensidad e interés. Los continuos (e inteligentes) giros en la trama hacen que cada mínimo detalle sea relevante. No obstante, este guión (adaptación la novela "El chico de la última fila", de Juan Mayorga) le llevó a conseguir la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, el Premio de la Crítica Internacional en Toronto y a conseguir hasta 6 nominaciones a los premios César, incluyendo la de mejor película.
La historia nos muestra a un hastiado profesor de literatura fracesa, Germain (Fabrice Luchini), sin el suficiente talento para llegar a convertirse en escritor, que encuentra en uno de sus alumnos, Claude (Ernst Umhauer), el talento del que siempre careció. Empieza entonces una poderosa relación entre profesor-alumno, con la literatura como hilo conductor, en la que realidad y ciencia-ficción se entremezclarán hasta confundirse en muchas ocasiones.
A través de
las redacciones que Claude entrega cada día a Germain, seremos
testigos de cómo el alumno se adentra entre los Rafa, la familia de uno
de sus compañeros de clase. Siempre deseó conocer esa casa junto al parque. Una
casa que finalmente anhelará como su hogar. Ese hogar y esa familia que nunca
tuvo.
Esta trama supone un tránsito entre la comedia de los primeros compases del
filme, hacia el drama en el que se acaba convirtiendo. Un viaje en el que
podremos disfrutar en su origen de retazos del mismísimo Woody Allen, hasta
poder atisbar en su parte final la firma del propio Hitchcock (la escena final
parece propia de "La ventana indiscreta").
Los más
ávidos amantes de la literatura también podréis vislumbrar en el trasfondo de
esta historia el relato de las "Mil y una noches". Las
relaciones entre Sherezade y el Sultán, aquí protagonizadas por el brillante
alumno Claude y Germain, el fracasado escritor.
Igualmente reseñable es la banda sonora, muy emocionante, acorde al ritmo de la
película y los giros dramáticos que acaba teniendo. Un gran acierto de
Phillippe Rombi, inseparable compositor de todas las obras de Ozon. Aunque será
con esta obra con la que le llegará el reconocimiento de la
crítica internacional. Incluso a los que todavía no hayáis visto la
película, os dará la impresión de un curioso "déjà-vu"
(o, mejor dicho, un "déjà-écoute").
A
los que os guste el cine francés, no dudéis en ver esta película. Se trata de
una de esas obras distintas a todo convencionalismo a los que (por desgracia)
tan (mal) acostumbrados estamos. Ozon convierte al espectador en ese voyeur
que todos llevamos dentro. Ese ser que ansía lo que no tiene, esa vida que pudo
ser y no fue.
Como ya dije, una obra de una inteligencia emocional poco vista. Original, perturbadora, real... brillante.
Siempre hay una forma de entrar.
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