Este blog es un intento por compartir mi forma de sentir el cine, a través del análisis personal de películas de ayer y de hoy. Si consigo que disfruteis leyéndolo la mitad que yo escribiéndolo habré conseguido mi propósito.
El nombre del blog no es más que un guiño a la saga de Star Wars, de la que soy fiel devoto.
Hacía mucho tiempo que no reseñaba ninguna película de animación y, como no podía ser de otro modo, tenía que hablar de la última maravilla con la que nos ha obsequiado el maestro Miyazaki. Después del enésimo anuncio de que colgaba sus pinceles, nos vuelve a sorprender con una obra en la que se relata la historia del joven Mahito, quien tras el reciente fallecimiento de su madre se traslada a otra ciudad junto a su padre. Allí conoce a una extraña garza que informa a Mahito de que su madre sigue viva, lo que le conduce a una enigmática torre que hay en el jardín y, con ello, a descubrir un nuevo mundo.
EL CHICO Y LA GARZAreúne las notas más características del director nipón, tanto estilísticas (animación tradicional con acuarela y trazo) como temáticas, entre las que destacan:
(I) Mundo onírico y fantástico.- La película explora un mundo paralelo al real, donde la naturaleza y la magia se entrelazan. No faltan seres fantásticos como los warawara y la propia garza, que tienen un papel crucial en la trama.
(II) Personajes complejos y profundos.- Los personajes tienen diferentes capas y motivaciones. Mahito, el protagonista, se enfrenta a la pérdida de su madre y a la adaptación a una nueva familia, lo que lo lleva a un viaje de descubrimiento personal. Los periquitos, por su parte, tienen un protagonismo relevante en la película y representan a una población acelerada, en la cual todos actúan sin reflexionar siguiendo a un líder que no se detiene un momento a analizar las consecuencias de sus actos.
(III) La naturaleza como protagonista.- La naturaleza no es sólo un escenario, sino un personaje activo que influye en la vida de los personajes. La película destaca la importancia de la conexión entre el hombre y la naturaleza.
(IV) La muerte y la transición.- Miyazaki aborda el tema de la muerte de manera sensible y reflexiva. Mahito, a través de su viaje, aprende a aceptar la pérdida y a comprender la naturaleza efímera de la vida.
(V) Mensaje de esperanza.- A pesar de los temas complejos que toca, EL CHICO Y LA GARZA transmite un mensaje de esperanza y optimismo. Miyazaki enfatiza la importancia de mantener la esperanza y creer en un futuro brillante, incluso en medio de la adversidad.
Como ya avancé, el director no sólo toca temas ya tratados en sus obras más representativas, sino que a nivel visual la película es muy reconocible y nos recuerda al mejor Miyazaki, haciendo uso de una paleta de colores muy amplia.
En cuanto a la escenografía me ha recordado por momentos a otras películas icónicas de Studio Ghibli, tales como EL CASTILLO AMBULANTE (ver su reseña aquí: https://noticiasdesdeelbordeexterior.blogspot.com/2016/09/el-castillo-ambulante-bienvenido-al.html), EL VIAJE DE CHIHIRO o EL RECUERDO DE MARNIE, entre otras.
La película fue un gran éxito tanto de crítica como de taquilla. Fue muy bien recibida por el gran público y buena prueba de ello fue la consecución del Óscar, el BAFTA y el Globo de Oro a mejor largometraje de animación de año 2023. Fue, además un éxito financiero al recaudar más de 290 millones de dólares a nivel mundial, siendo hasta la fecha el mayor éxito del cineasta en la mayoría de regiones fuera de Japón.
Ya para terminar, indicar que la música corre a cargo del gran Joe Hisaishi, el alma de Studio Ghibli y eterno colaborador de Miyazaki, mientras que la canción principal de la película, "Spinning Globe", es obra de Kenshi Yonezu y la letra traducida de su estribillo nos deja este enigmático mensaje con el que cierro esta reseña:
Atrapo el viento y empiezo a correr, superando los escombros
Al final de este camino alguien me espera
Sueño con la luz que brilla en cualquier día de la semana
Abrir la puerta en este momento, como revelar secretos ocultos
No puedo contenerme anhelando más, como el globo que gira
Director: Barry Levinson
Intérpretes principales: Dustin Hoffman Tom Cruise Valeria Golino Bonnie HuntGerald R. Molen B.S.O.: Hans Zimmer
Hay grandes películas que consiguen encumbrar a un determinado actor o actriz o hacer que su carrera despegue hacia el estrellato, y luego hay actores o actrices que gracias a sus sublimes interpretaciones hacen que una película, a priori corriente, logre perdurar en nuestras retinas a pesar del inexorable paso del tiempo. Pues esta última circunstancia se da en la película que me aventuro a reseñar: "Rain Man". Dustin Hoffman da vida a Raymond, un austista que resulta ser el beneficiario de una importante herencia, quepasa su día a día en un centro especial. Por contra, Tom Cruise interpreta a Charlie, su hermano.
Charlie Babbitt no supo de la existencia de Raymond hasta que su padre fallece y pretende cobrar su fortuna. Es en ese momento que descubre que tiene un hermano con autismo que ha pasado toda su vida recluido en un centro especial y que, por tanto, no es el único beneficiario.
A lo largo de la película vemos una actuación magistral de Hoffman y una evolución considerable en el personaje de Tom Cruise, a medida que el metraje avanza. Al principio, la única preocupación de Charlie era el de presionar a Raymond, al que prácticamente secuestra del centro, pero conforme lo va conociendo más se vuelve más amable y protector con él, llegando a quererlo y respetarlo como su lazo de sangre requiere.
Estamos acostumbrados a papeles increíbles de Dustin Hoffman: Papillon, Cowboy de medianoche o Kramer contra Kramer son sólo algunos ejemplos, pero creo que con Rain Man logró su mejor actuación. De hecho, su brillante actuación como Raymond le valió para alzarse con el Óscar a mejor actor principal ese año por delante de Tom Hanks (Big), Gene Hackman (Arde Mississippi), Max von Sidow (Pelle el conquistador) y Edward James Olmos (Lecciones inolvidables). Sería su segunda estatuilla dorada y la última hasta la fecha.
Barry Levinson se alzó con el Óscar a mejor director y posteriormente realizó un buen número de filmes, aunque sólo ganó algo de notoriedad con Sleepers (1996) y ya nunca conseguiría ni siquiera acercarse al éxito obtenido con Rain Man con quien también obtuvo el Óscar a mejor película, siendo la gran vencedora de la edición del año 1989.
La música corrió a cargo del siempre genial Hans Zimmer, aunque está vez estuvo lejos de la epicidad con la que nos acostumbraría años más tarde (El caballero oscuro u Origen, entre otras).
Es difícil que a día de hoy quede alguien sin ver esta joya, pero si es tu caso no dudes en dedicar esas dos horas que dura la película a disfruta de ese binomio que formaron Levinson a los mandos y Hoffman como Raymond, el que para mi sigue siendo una de las mejores interpretaciones de la historia del cine (he dicho).